mai 04

¡La riqueza se encuentra guardada para usted!

Gloria Copeland
Aquel que se llena de excesivo interés y que por esfuerzos injustos aumenta su riqueza, su posesión material guarda para el que es amable y generoso con el pobre.

Mientras he estudiado el tema de la prosperidad, el siguiente punto siempre me ha quedado claro: Dios es un Dios de justicia, así como también de misericordia. Él es justo en todo. Su misericordia es evidente al brindarnos la guía -es decir, Su Palabra- de cómo tener una vida consagrada, la cual es el fundamento para la prosperidad. Cuando obedecemos Sus mandamientos, Él cuida de nosotros y nos bendice. Su justicia es evidente al ver el fin de aquellos que no viven de acuerdo con Su Palabra: « El Señor se deleita en la justicia y no abandona a Sus santos, y son preservados para siempre; pero la descendencia del impío [a su tiempo] será cortada » (Salmos 37:28, AMP). Ahora bien, algunos creen que Dios no es justo ni misericordioso, y que tarda demasiado para cumplir algunas de Sus promesas. Sin embargo, ¡Él sí es justo y misericordioso!: « El Señor no se retrasa, no es tardo ni lento en cuanto a Sus promesas, de acuerdo con la idea que algunos tienen acerca de la tardanza; es más, Él es paciente (demasiado paciente) para con nosotros, deseando que ninguno perezca, sino que todos se arrepientan » (2 Pedro 3:9; AMP). Dios le está dando a los impíos bastante tiempo para que se arrepientan; no obstante, Él es muy consciente de lo que están haciendo ahora (Proverbios 5:21; 15:3). Probablemente prosperen a causa de sus maldades; sin embargo, su éxito en la vida durará poco (Santiago 5:1-4; Salmos 37:7-9). La Palabra indica que en los últimos tiempos, la riqueza del impío será transferida a las manos del justo (Proverbios 13:22). Los pecadores en realidad tienen la tarea de acumular riqueza para dársela al justo (Eclesiastés 2:26). Esta riqueza será transferida al reino de Dios de diferentes maneras. Aquellos que se conviertan en creyentes, traerán sus propios recursos. Y los que ya son creyentes, aumentarán su fe y la Palabra obrará en sus vidas -cosechando al ciento por uno-. Las personas que incrementen sus ofrendas siempre verán el aumento de sus cosechas. Las reservas que han obtenido y acumulado los ricos a través de la injusticia les serán arrebatas, por medio de la fe de los creyentes. El impío que se rehúse a obedecer a Dios comenzará a ver cómo disminuye su riqueza; pues ésta le será entregada a los dadores. He decido ser uno de esos dadores; estoy preparado para recibir las riquezas del impío en mis manos; a fin de que se usen para alcanzar almas y transformar vidas. Estoy listo para recibir más prosperidad. Usted también necesita prepararse. Alinee sus confesiones con la Palabra de Dios, y crea que cosechará al ciento por uno. Desate su fe y aprenda a dar; después permanezca a la expectativa de que la riqueza del impío llegue a sus manos, ¡porque ésta se encuentra acumulada para usted! 1 Samuel 21-22; 1 Corintios 9 La riqueza del pecador está guardada para mí; ésta encuentra el camino para llegar a mis manos (Proverbios 13:22).

Lecture conseillée: Proverbios 13:22; Eclesiastés 2:26; Marcos 10:29-3

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