Si usted ha nacido de nuevo y tiene la Palabra de Dios en su corazón, puede vivir en victoria. Quizá no tenga todas las respuestas. Tal vez haya muchas cosas espirituales que no comprenda. Pero no son esas cosas las que posiblemente vayan a destruirle, sino las cosas que sabe que tiene que hacer pero no las hace, son las que por lo general le harán caer.

Sólo piense en una caminata de noche por una senda oscura y desconocida en medio de una selva. El guía que va al frente tiene una linterna para guiarle por el camino correcto. Pero, en eso, usted decide seguir solo por la oscuridad. ¿Qué cree que le sucederá? Probablemente tropezará y caerá y resultará herido.

Eso es exactamente lo mismo que le puede suceder en su andar con el Señor. El sabe lo que está adelante, y refleja la suficiente luz para que dé un paso a la vez. Usted tiene que continuar andando en esa luz a fin de llegar donde va.

Quizá no sepa por qué El le esté guiando de cierto modo. Tal vez no comprenda todo lo que está en juego. Pero Dios, por medio del Espíritu Santo, compensará su desconocimiento de las cosas. El hará que usted tenga la victoria si continúa en lo que conoce.

Es bueno seguir estudiando y seguir aprendiendo. Pero, recuerde que no es la gran revelación que usted aún no ha recibido la que le ocasionará la mayor dificultad. Es el dejar de andar en el conocimiento que Dios ya le ha dado. Por eso sea fiel en esas cosas. Continúe en ellas día, tras día, tras día, ¡y saldrá adelante en victoria!