mars 05

Coloque su nombre en la promesa

Gloria Copeland
...No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande.

Dios le prometió a Abraham muchas cosas. En Génesis 12:2 se registra Su primera promesa: «Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición». Para comprender por completo lo que Dios estaba declarando allí, observe que cuando Él bendice a alguien, no sólo le desea un buen día. Él le concede el poder para incrementar y prosperar en cada área de su vida. De acuerdo con los diccionarios W.E. Vine y Webster, la definición para bendición es: « causar que prospere, hacer feliz, conceder favor sobre alguien, consagrar para propósitos santos, ser exitoso, prosperar en lo que concierne a las cosas temporales de la vida, guardar y preservar ». En realidad, la bendición de Dios convirtió a Abraham en un ¡hombre rico! Lo prosperó a dondequiera que fue. Sin embargo, éste no es el único beneficio que la bendición de Dios trajo sobre Abraham. También lo transformó en un vencedor; él venció a todos los enemigos que vinieron contra él y su familia. En Génesis 14 se nos relata la vez en que Lot y su familia fueron tomados cautivos por los reyes malvados quienes le habían declarado la guerra a Sodoma y Gomorra. En esa ocasión, Abraham y sus sirvientes, sin la ayuda de nadie, vencieron a cuatro reyes y a sus ejércitos; luego recuperaron todo, incluyendo a cada una de las personas cautivas. ¿Qué le dio a Abraham la valentía para ir en contra de esos reyes? Él sabía que poseía un pacto con Dios y que Él le había prometido ser el enemigo de sus enemigos; por tanto, se atrevió a creer en esa promesa. Abraham entendió que ¡Dios era Dios! Según Génesis 15:1, él se aferró al Señor y a Su Palabra cuando le indicó que no temiera. Es necesario que actuemos igual. Debemos tomar esa promesa y colocar nuestro nombre en ella. Después de todo, ¡nos pertenece! Somos la simiente de Abraham y somos herederos de la promesa. Hace muchos años, cuando Kenneth y yo comenzamos a andar con el Señor, estábamos enfrentando deudas y problemas que parecían muy abrumadores. Entonces coloqué mi nombre en promesa que Dios le había proferido a Abraham. Y la leí de esta manera: No temas Gloria, yo soy tu escudo, tu compensación abundante, y tu galardón será sobremanera grande. Como heredera de Abraham, determiné que esas palabras también eran una realidad para mí, así como lo fueron para él. Y en efecto, así ha sido. Desde ese entonces, Dios nos ha protegido y me ha recompensado más de lo que yo he pedido o pensado. Él ha sido fiel conmigo, así como con Abraham. Y también lo será con usted. Dios cumple Sus promesas. Cualquier cosa que necesite hoy, en Su Palabra existen promesas para cubrir sus necesidades. Encuéntrelas y escriba su nombre en ellas. Confiéselas por fe… y reciba su herencia como simiente de Abraham. Números 15-17; Juan 5-6 No temeré, pues Dios es mi escudo y mi gran recompensa (Génesis 15:1).

Lecture conseillée: Génesis 14:12-15:1

Inscrivez-vous pour recevoir la lecture quotidienne dans votre boîte de réception.

  • Ce formulaire permet de recueillir votre nom et votre adresse électronique afin que nous puissions vous envoyer le livre de piété par courrier électronique. Notre politique de confidentialité explique comment nous traitons et protégeons vos données.