No piense como el mundo
Si piensa como el mundo piensa, con el tiempo actuará como el mundo actúa. Los pensamientos desenfrenados producen acciones desenfrenadas. Así que, lleve sus pensamientos cautivos a la obediencia a las Escrituras para que pueda controlarlos.
Renueve su mente con la Palabra de Dios. La Palabra es espíritu y es vida. Si usted empapa su mente de la Palabra de Dios, su voluntad se fortalecerá y podrá dominar todo mal pensamiento y hábito dañino.
No deje que Satanás le engañe para que sacrifique la Gloria de Dios en su vida por unos momentos de pecado y placer. Domine sus pensamientos. Medite en la Palabra en vez de hacerlo en pensamientos egoístas y carnales. Ponga sus ojos en Jesús, el autor y consumador de su fe.
Lecture conseillée: Salmo 119:11-18